Los perros tienen una de las cualidades más cautivadoras de todas, y esa es, su capacidad auditiva. Debemos por ello, estar pendientes de su limpieza de oídos para evitar que tengan infecciones graves que puedan afectar a esta capacidad.
Es tan fácil como, a la hora de acariciarle, mirarle bien, o ver si se rasca mucho con la pata, sacude en exceso la cabeza o incluso que desprenda algún olor fuerte y/o desagradable.
Del mismo modo que las uñas, la limpieza de oídos son muy importantes. A la hora del baño, Revisamos su estado para limpiarlos con una gasa esterilizada y un producto especifico de limpieza.
Con este proceso que siempre realizamos, podemos observar a tiempo si tiene rojeces, exceso de cerumen o, en el peor caso, espigas.
De esta forma, podemos observar si el oído se encuentra en perfectas condiciones o, de lo contrario, tiene alguna infección. En dicho caso, os avisaremos ya que será necesario que llevéis a vuestro perro al veterinario para una revisión más profunda.
